Cultura ¿que es la cultura?

Existen diversas disciplinas que se dedican al estudio del ser humano, cada una abordándolo desde una perspectiva única. Entre estas, la antropología cultural se destaca como una ciencia que profundiza en la comprensión de la naturaleza humana al examinar las costumbres y tradiciones de las distintas sociedades, y cómo estas influyen en los valores y en el estilo de vida de las personas.

Esta rama del conocimiento también es conocida como antropología social, ya que se enfoca en el análisis de la sociedad desde múltiples ángulos, como la investigación de mitos, la estructura política de las comunidades, los tipos de familia y sus interacciones sociales, la calidad de vida, la alimentación y otros aspectos relevantes.

La antropología cultural sostiene que para comprender plenamente a un individuo, es esencial comprender el entorno en el que vive, ya que este entorno ejerce una influencia directa en su comportamiento y modo de ser. Esta disciplina reconoce que las personas interiorizan como normales y lógicas muchas de las tradiciones y costumbres que observan en su entorno más cercano, lo que convierte a la cultura en una suerte de segunda naturaleza.

El ser humano, como un agente social, también es un ser ético, y la ética es otra de las áreas de estudio exploradas por la antropología cultural. Esta ciencia reflexiona sobre las diferencias y similitudes que existen entre las diferentes culturas y en distintos contextos históricos, lo que revela la diversidad y riqueza de la experiencia humana.

La antropología cultural se dedica a estudiar el modo de vida de sociedades tanto avanzadas como primitivas, reconociendo que la cultura proporciona una identidad al grupo y fortalece el sentimiento de pertenencia de los individuos a una comunidad con valores y costumbres compartidas.

La observación es uno de los métodos más utilizados en la antropología cultural para analizar las tradiciones de un grupo social basándose en datos objetivos en lugar de suposiciones o hipótesis. Además, esta ciencia desempeña un papel crucial al permitir a la humanidad conocer su evolución histórica y su desarrollo a lo largo del tiempo. En resumen, la antropología cultural es una disciplina valiosa que arroja luz sobre la esencia de las sociedades y su impacto en la vida de las personas.

Cultura universal como mito.

La noción de una cultura universal ha sido propuesta como el fundamento de cualquier proyecto de unidad entre la humanidad. Sin embargo, este proyecto se desdobla en dos dimensiones, marcadas por la dicotomía entre una «cultura total» y una «cultura parcial» (que puede ser particular o especial). Estas dos dimensiones forman dos sistemas de oposiciones entrelazadas de manera intrincada:

1. Cultura particular especial (ejemplo: la cultura musical de la Corte de Felipe II).
2. Cultura particular global (ejemplo: la cultura española a lo largo de su historia).
3. Cultura universal especial (ejemplo: la música de todos los pueblos).
4. Cultura universal global (ejemplo: la «cultura de la humanidad»).

Ante esta complejidad, se presentan dos opciones:

(1) Interpretar estas oposiciones como dicotómicas, lo que implicaría que una de ellas carecería de contenido. Esto podría llevar a dos concepciones extremas: una que niega la posibilidad de una cultura universal (tanto especial como global), como sostiene el relativismo cultural, o una que niega la posibilidad de culturas particulares, argumentando que la «verdadera cultura», aunque sea particular, debe ser universal (por ejemplo, Don Quijote como un «manchego universal» o el proletariado como una «clase universal»).

(2) Interpretar las oposiciones en un sentido más flexible y no integral en relación con los contenidos específicos. Se podría considerar que ninguna de las cuatro dimensiones es completamente vacía. Siguiendo este enfoque, se podría hablar de una cultura particular de los pueblos (una cultura étnica) y una cultura universal compartida por todos los pueblos (como las Matemáticas y la Física).

Desde cierta perspectiva, estas posibilidades pueden parecer ilusorias. No porque neguemos la universalidad de las Matemáticas o la Física, sino porque cuestionamos si estos contenidos son representativos de la cultura objetiva en su totalidad. La universalidad transcultural que se les atribuye no se aplica necesariamente a otros aspectos culturales. La oposición entre contenidos culturales particulares y universales puede resultar ilusoria, al igual que la distinción entre una lengua específica y una «lengua universal». La cuestión fundamental debe abordarse en el ámbito de la cultura objetiva, donde la noción de una cultura universal, tanto total como particular, plantea desafíos significativos. Esta cultura universal no existe en un estado aislado; debe construirse a partir de las culturas particulares tanto presentes como pasadas.

En este contexto, se abren cuatro posibles alternativas:

1. Universalización entendida como la generalización e integración de todos los contenidos culturales específicos que existen en un momento histórico determinado, como la idea del «hombre total» promovida, por ejemplo, por la UNESCO.

2. Universalización como resultado de la predominancia hegemónica de algún contenido específico y particular, como la democracia parlamentaria, la sociedad de mercado, el video o la religión católica.

3. Creación de nuevos contenidos culturales mediante la transformación o anamorfosis de contenidos preexistentes, manteniendo ciertos elementos de estos últimos.

4. Desaparición de todos los contenidos culturales históricamente establecidos y la creación, a través de una emergencia cultural, de una nueva cultura, encarnada en el concepto del «hombre nuevo».

En resumen, la noción de una cultura universal es un desafío que implica la interacción compleja entre las culturas particulares y sus contenidos. Su comprensión y construcción requieren un enfoque cuidadoso y reflexivo en el ámbito de la cultura objetiva.

Cultura y entorno de aprendizaje

La importancia de la cultura en cualquier entorno de aprendizaje es un factor fundamental que influye de manera significativa en todos los demás componentes de dicho entorno. A menudo, la cultura subyacente en un entorno de aprendizaje se da por sentada o pasa desapercibida, tanto para los estudiantes como para los educadores. Sin embargo, es esencial que los profesores, instructores y maestros reconozcan y comprendan la influencia de los factores culturales para tomar decisiones conscientes sobre cómo diseñar y ejecutar los diversos componentes de un entorno de aprendizaje. A continuación, se explorará por qué prestar especial atención a la cultura es crucial, especialmente en el contexto del diseño de un entorno de aprendizaje en línea.

La cultura, aunque a veces puede parecer un concepto abstracto, desempeña un papel esencial en la configuración de la experiencia de aprendizaje. Aquí, se destacarán algunas razones clave para la consideración activa de los aspectos culturales en la planificación y ejecución de un entorno de aprendizaje efectivo en línea:

1. Diversidad estudiantil: En un mundo cada vez más globalizado, los entornos de aprendizaje suelen estar compuestos por estudiantes de diversas procedencias culturales. Cada cultura aporta perspectivas únicas, valores y formas de aprender. Reconocer y respetar esta diversidad cultural en el diseño del entorno de aprendizaje promueve la inclusión y la equidad, permitiendo que todos los estudiantes se sientan valorados y comprendidos.

2. Estilos de comunicación: Las diferencias culturales a menudo influyen en la forma en que las personas se comunican. Los educadores deben ser conscientes de cómo la cultura puede afectar los patrones de comunicación, como la expresión verbal, la comunicación no verbal y las normas de interacción. Adaptar la comunicación y las estrategias pedagógicas en función de la cultura puede mejorar la comprensión y la participación de los estudiantes.

3. Contextualización del contenido: La cultura también influye en la forma en que se percibe y se interpreta la información. Los conceptos y temas pueden tener significados diferentes en diferentes contextos culturales. Por lo tanto, es esencial adaptar el contenido del curso para que sea relevante y significativo para todos los estudiantes, independientemente de su origen cultural.

4. Motivación y compromiso: Comprender la cultura de los estudiantes puede ayudar a los educadores a identificar las motivaciones individuales y colectivas. Reconociendo las metas culturales y las expectativas de los estudiantes, los profesores pueden diseñar estrategias de aprendizaje que fomenten la motivación y el compromiso.

5. Resolución de conflictos culturales: En entornos de aprendizaje diversificados, pueden surgir conflictos culturales. Los educadores deben estar preparados para abordar estos desafíos de manera sensible y efectiva, fomentando el diálogo intercultural y promoviendo la comprensión mutua.

En resumen, la cultura desempeña un papel fundamental en la configuración de los entornos de aprendizaje y la experiencia educativa de los estudiantes. Los educadores deben ser conscientes de la influencia de la cultura y tomar decisiones informadas para promover un aprendizaje inclusivo y efectivo en línea. Considerar la diversidad cultural y adaptar las prácticas pedagógicas en consecuencia contribuye a un entorno de aprendizaje enriquecedor y significativo para todos los estudiantes.

La cultura desempeña un papel fundamental en la configuración de cualquier entorno de aprendizaje. Es esencial reconocer la influencia que la cultura ejerce en todos los aspectos de dicho entorno y comprender cómo esta influencia puede impactar en la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Al considerar la importancia de la cultura en el diseño de entornos de aprendizaje, es necesario profundizar en sus particularidades y cómo afecta a cada componente.

**1. Diversidad Estudiantil y Cultural:**

En la actualidad, los entornos de aprendizaje suelen estar formados por estudiantes de diversas procedencias culturales y étnicas. Cada cultura aporta sus propias perspectivas, valores y modos de aprendizaje. Esto significa que los educadores deben ser conscientes de esta diversidad cultural y estar preparados para abrazarla en el diseño de sus cursos. La cultura puede influir en la forma en que los estudiantes se relacionan con el contenido y entre sí. Además, las diferencias culturales también pueden afectar la comunicación, lo que requiere una adaptación de las estrategias pedagógicas para garantizar que todos los estudiantes se sientan comprendidos y valorados.

**2. Contextualización del Contenido:**

La cultura influye en la forma en que las personas perciben y comprenden la información. Los conceptos y temas pueden tener significados distintos en diferentes contextos culturales. Por lo tanto, los educadores deben ser capaces de adaptar el contenido del curso para que sea relevante y significativo para todos los estudiantes, independientemente de su origen cultural. Esto implica seleccionar ejemplos y casos que resuenen con una amplia gama de experiencias culturales, lo que enriquecerá la comprensión y el compromiso de los estudiantes.

**3. Comunicación y Relación Instructor-Estudiante:**

Las diferencias culturales también pueden influir en la comunicación y la relación entre instructores y estudiantes. Algunas culturas pueden valorar la comunicación directa y abierta, mientras que otras pueden preferir un enfoque más indirecto y respetuoso. Los educadores deben ser sensibles a estas diferencias para evitar malentendidos y garantizar una comunicación efectiva. Además, la cultura puede influir en las expectativas sobre la autoridad del instructor y la participación de los estudiantes en el aula. Reconocer estas dinámicas culturales permite a los educadores crear un ambiente de aprendizaje en el que todos se sientan cómodos y respetados.

**4. Resolución de Conflictos Culturales:**

En entornos de aprendizaje diversificados, es posible que surjan conflictos culturales. Los educadores deben estar preparados para abordar estos desafíos de manera sensible y efectiva. Fomentar el diálogo intercultural y promover la comprensión mutua son herramientas clave para resolver conflictos culturales y crear un ambiente de aprendizaje armonioso.

**5. Valoración de la Diversidad:**

Reconocer y valorar la diversidad cultural es esencial para promover un entorno de aprendizaje inclusivo y equitativo. Los educadores deben esforzarse por crear un ambiente en el que cada estudiante se sienta representado y respetado, independientemente de su origen cultural. Esto implica no solo adaptar el contenido y las estrategias pedagógicas, sino también fomentar el respeto y la apertura hacia diferentes perspectivas culturales.

En conclusión, la cultura es un componente crítico en cualquier entorno de aprendizaje y debe ser considerada de manera consciente en su diseño. Comprender las particularidades de la influencia cultural en cada componente educativo permite a los educadores crear experiencias de aprendizaje efectivas y enriquecedoras que respeten y valoren la diversidad cultural presente en sus estudiantes.

La relación entre la cultura y los entornos de aprendizaje es un aspecto crítico que influye significativamente en la efectividad y el impacto de la educación. La cultura no solo puede ser una influencia positiva o negativa en el proceso educativo, sino que también desempeña un papel importante en la configuración de las instituciones educativas y los entornos de enseñanza.

**1. La Importancia de la Cultura en la Educación:**

La cultura tiene un impacto profundo en la educación, ya que afecta cómo se desarrollan y diseñan los entornos de aprendizaje. Por ejemplo, las «residential schools» en Canadá son un triste ejemplo de cómo la cultura puede ser utilizada para imponer valores y creencias dominantes, a menudo a expensas de las culturas indígenas. Esto resultó en consecuencias devastadoras para los niños que fueron obligados a asistir a estas escuelas.

**2. La Influencia Cultural en las Instituciones de Educación Superior:**

La cultura también está presente en las instituciones de educación superior, donde puede variar significativamente entre diferentes instituciones y departamentos académicos. Cada entidad puede tener su propia cultura, que influye en la forma en que se abordan temas académicos y se relacionan los estudiantes y profesores.

**3. La Posibilidad de Crear Nuevas Culturas en Entornos de Aprendizaje:**

A pesar de la fuerte influencia de las culturas predominantes, las nuevas tecnologías brindan a los educadores la oportunidad de diseñar y desarrollar nuevos entornos de aprendizaje. Esto significa que los instructores pueden crear culturas que reflejen sus valores y creencias, y que sean adecuadas para los estudiantes actuales.

**4. Elementos Culturales en Entornos de Aprendizaje Online:**

En entornos de aprendizaje en línea, los instructores pueden ser conscientes de la cultura que desean crear. Algunos elementos culturales clave pueden incluir el respeto mutuo entre estudiantes y profesores, la apertura a diferentes opiniones y perspectivas, el fomento de la argumentación basada en evidencia, la creación de un entorno de aprendizaje motivador y colaborativo, la transparencia en la evaluación y el reconocimiento de la diversidad de personalidades en el aula.

**5. Reflexión Sobre Valores y Creencias Personales:**

Es fundamental que los educadores reflexionen sobre sus propias creencias y valores, ya que esto influye en la cultura que desean crear en el entorno de aprendizaje. Al ser conscientes de sus creencias, los instructores pueden diseñar experiencias de aprendizaje que reflejen sus valores y respeten la diversidad de perspectivas de los estudiantes.

**6. Consideración de la Participación de los Alumnos:**

La cuestión de si los instructores tienen el derecho de imponer sus valores culturales en un entorno de aprendizaje es un tema importante. Algunos pueden argumentar que los alumnos deberían participar en la determinación de la cultura del entorno educativo. Esto puede ser una decisión relacionada con la cultura misma, y los educadores pueden considerar cómo equilibrar sus conocimientos y experiencia con la participación de los estudiantes en la configuración de la cultura.

En resumen, la cultura desempeña un papel crucial en la educación y en la creación de entornos de aprendizaje efectivos. Los educadores tienen la responsabilidad de ser conscientes de cómo la cultura influye en sus prácticas y de diseñar entornos que promuevan valores y creencias que consideren importantes para el éxito de los estudiantes en la era digital.

Las relaciones culturales

Comprender la complejidad de las sociedades y culturas humanas es esencial para apreciar y aceptar la diversidad en un mundo cada vez más globalizado. Esta comprensión se ha convertido en una competencia fundamental en cualquier perfil profesional. La antropología, a menudo malentendida por el público en general, desempeña un papel crucial en este sentido, ya que se ocupa de estudiar las sociedades y culturas humanas en toda su diversidad, y no se limita exclusivamente a pueblos indígenas o culturas exóticas alejadas de la civilización occidental.

**Origen de la Antropología:**

El término «Antropología» proviene de la combinación de las palabras griegas «anthropos» (humano) y «logos» (conocimiento). La Antropología se ubica en la intersección de las ciencias sociales y las humanidades. Es considerada una ciencia social integradora que se enfoca en el estudio holístico del ser humano, abarcando su pasado, presente y futuro, así como su naturaleza biológica y social, lenguaje y cultura.

Al igual que otras disciplinas científicas, la Antropología utiliza el método científico, observando sistemáticamente, registrando cuidadosamente y analizando evidencias empíricas sobre su objeto de estudio principal: la cultura y su diversidad. Sin embargo, dentro de las humanidades, se la reconoce por su perspectiva comparativa y transcultural, lo que la convierte en una de las disciplinas más humanísticas.

**Campos de la Antropología:**

La Antropología se divide en cuatro campos principales:
1. Antropología social y cultural (sociocultural).
2. Antropología biológica o física.
3. Antropología lingüística.
4. Antropología arqueológica (arqueología).

La Antropología social y cultural, la más popular de las cuatro disciplinas, se dedica al estudio de las sociedades y culturas humanas, centrándose en su diversidad y analizando similitudes y diferencias. Dos prácticas comunes en este campo son la etnografía y la etnología. La etnografía implica la inmersión en una comunidad durante un tiempo para recopilar datos sobre su vida social, costumbres, creencias, religión, organización política y actividades económicas. Por otro lado, la etnología compara y analiza datos etnográficos de diferentes sociedades para formular teorías y generalizaciones sobre la sociedad y la cultura.

En resumen, la Antropología desafía la percepción de que es una disciplina limitada a culturas distantes y aisladas de la civilización occidental. En un mundo globalizado, la Antropología continúa siendo relevante al abordar la diversidad cultural en todas las sociedades, desde las más tradicionales hasta las más avanzadas, y al explorar la complejidad de lo que significa ser humano en distintos contextos.

Antropología Biológica y Cultural

La antropología biológica o física se dedica al estudio de la diversidad biológica del ser humano a lo largo del tiempo y en diferentes lugares. Dentro de esta disciplina, se han establecido cinco áreas de interés distintas:

1) La evolución humana, que se revela a través de registros fósiles (paleontología).
2) Genética humana.
3) Crecimiento y desarrollo humanos.
4) Plasticidad biológica humana, que se refiere a la capacidad del cuerpo para adaptarse a tensiones como el calor, el frío y la altitud.
5) La biología, evolución, comportamiento y vida social de los monos simios y otros primates.

La antropología lingüística, por su parte, se enfoca en el estudio del lenguaje en su contexto sociocultural a lo largo del tiempo y el espacio. Los sociolingüistas buscan comprender las relaciones entre las prácticas lingüísticas y las variaciones socioculturales, reconociendo que ningún lenguaje es un sistema homogéneo en el que todos hablan de la misma manera.

Por último, la arqueología se dedica al estudio del comportamiento humano y los patrones culturales a través de los restos materiales que las personas dejan tras de sí.

Estos «cuatro campos» de la antropología están estrechamente interrelacionados, y los hallazgos de cada uno de ellos pueden tener un impacto significativo en los demás.

La cultura

La cultura se define como las tradiciones y costumbres transmitidas a través del aprendizaje, que influyen y guían las creencias y comportamientos de las personas en una sociedad. Los individuos adquieren estas tradiciones culturales a medida que crecen en un entorno social específico, a través de un proceso conocido como enculturación.

Las culturas se forman y desarrollan a lo largo de muchas generaciones, dando lugar a creencias compartidas sobre cómo deben realizarse las acciones, cómo se ve el mundo y lo que se considera moralmente correcto o incorrecto. La cultura desempeña un papel fundamental en la cohesión de las conductas y creencias de los individuos que forman parte de una sociedad.

Aunque la cultura no es biológica en sí misma, se basa en ciertas características de la biología humana y se transmite principalmente a través del aprendizaje social, lo que la convierte en un aspecto crucial de la vida humana.

La Prueba Transcultural

La «prueba transcultural» es un concepto fundamental en la perspectiva antropológica. La antropología se basa en esta perspectiva, que a menudo revela lo que a menudo se considera «invisible» en nuestra propia cultura. La prueba transcultural se manifiesta cuando experimentamos un «choque cultural», es decir, cuando nos enfrentamos a una cultura diferente a la nuestra y comparamos nuestras creencias y costumbres con las de esa cultura.

Este choque cultural nos hace conscientes de la diversidad cultural y nos muestra que las concepciones sobre la naturaleza humana, la realidad y las normas no pueden ser definidas únicamente por una sola cultura. La perspectiva comparativa es esencial en la antropología para comprender la complejidad de la experiencia humana y cómo la cultura influye en ella.

La diversidad cultural es un tema central en el campo de la antropología, caracterizado por su fuerte compromiso y respeto hacia la diversidad. Según Conrad Philip Kottak en su manual «Antropología Cultural» (2011), ningún otro campo académico aborda la diversidad cultural con tanta profundidad como la antropología.

La antropología se dedica a explorar la diversidad humana en todas sus dimensiones, abarcando tanto el pasado como el presente, y considerando también el futuro. Examina aspectos biológicos, sociales, lingüísticos y culturales de la condición humana. Particularmente interesante para la antropología es la diversidad que surge de la adaptabilidad inherente a los seres humanos.

La creatividad, adaptabilidad y flexibilidad son rasgos fundamentales de la humanidad, y la antropología se enfoca en comprender y valorar la diversidad que emana de estas cualidades. Kottak menciona una experiencia llamada «Otra mirada a…» que aplica a sus alumnos, donde los estudiantes extranjeros comparten las diferencias más notables que perciben entre su cultura de origen y la del país donde estudian. Esta perspectiva foránea permite resaltar características culturales propias y fomenta la apreciación, el cuestionamiento y la reinterpretación de aspectos de la propia cultura.

Este enfoque recuerda a la noción de «desgaste del etnocentrismo» propuesta por Thomas R. Williams en la investigación cultural. Al estudiar otras culturas, los antropólogos se enfrentan a obstáculos, como los prejuicios y las nociones etnocéntricas que traen consigo. Superar estos obstáculos es crucial para comprender a profundidad y en su contexto los fenómenos culturales que se investigan. (Referencias bibliográficas: Kottak, C. P. (2011). «Antropología Cultural»; Díaz-Polanco, H. (1999). «La diversidad cultural y su comprensión.» )

Intercambio cultural y supervivencia

Adaptación Biológica y Cultural: Dos Facetas de la Evolución Humana

A lo largo de la evolución de la humanidad, hemos dependido de dos tipos de adaptación esenciales: la adaptación biológica y la adaptación cultural. La adaptación se refiere a los cambios que los organismos realizan para enfrentar y sobrevivir en diversos entornos y circunstancias. Los seres humanos, a lo largo del tiempo, hemos enfrentado desafíos ambientales y climáticos, lo que nos ha llevado a desarrollar tanto adaptaciones biológicas como culturales.

Un ejemplo de adaptación biológica se refleja en las diferencias físicas entre individuos de diferentes regiones del mundo, que se han adaptado al clima de sus respectivas áreas geográficas. Además, hemos aprendido a abrigarnos para protegernos del frío. Cuando nos mudamos de lugares más cálidos a zonas más frías, buscamos utilizar la vestimenta adecuada para enfrentar las bajas temperaturas. Este último ejemplo ilustra una de las numerosas adaptaciones culturales que hemos desarrollado para protegernos y adaptarnos a las variaciones climáticas y meteorológicas.

En la tabla siguiente (según Kottak 2011: 8), se presentan ejemplos de diferentes formas de adaptación biológica y cultural utilizadas por los seres humanos para sobrevivir en regiones de gran altitud.

Podemos plantearnos la siguiente pregunta: ¿entre la adaptación biológica y la cultural, cuál ha sido más determinante en la evolución de los seres humanos? Responder a esta interrogante no resulta sencillo si consideramos todos los cambios experimentados desde el origen mismo de la humanidad. Además de la cantidad de cambios, debemos tener en cuenta los aspectos cualitativos que forman parte del acalorado debate entre la Biología y la Cultura, enfrentando a antropólogos culturales y sociobiólogos. Las controversias de este debate se centran en si la cultura ha impulsado la evolución biológica humana o viceversa. La tesis más ampliamente aceptada sostiene que la evolución biológica y la evolución cultural han avanzado en conjunto en una interconexión continua. Sin embargo, en los más de 150,000 años que se estima que el Homo sapiens ha existido en la Tierra, los cambios culturales de los últimos 10,000 años han sido mucho más numerosos y significativos.

Según Kottak:

«A medida que avanza la historia humana, los medios de adaptación social y cultural se vuelven cada vez más relevantes. En este proceso, los humanos han ideado diversas formas de enfrentar la diversidad de entornos que han ocupado en diferentes momentos y lugares. Las tasas de adaptación y cambio cultural se han acelerado, especialmente en los últimos 10,000 años. Durante millones de años, la caza y la recolección de recursos naturales, es decir, el forrajeo, fueron la base exclusiva de la subsistencia humana. Sin embargo, solo se necesitaron algunos miles de años para que la producción de alimentos, como la agricultura y la domesticación de animales, reemplazara el forrajeo en la mayoría de las regiones. Hace entre 6,000 y 5,000 años, surgieron las primeras civilizaciones, sociedades grandes, poderosas y complejas, como el antiguo Egipto, que conquistaron y gobernaron vastas áreas geográficas.

Más recientemente, la expansión de la producción industrial ha tenido un profundo impacto en la vida humana. A lo largo de la historia, las grandes innovaciones han surgido a expensas de las anteriores. Cada revolución económica ha tenido repercusiones sociales y culturales. La economía global actual y las comunicaciones conectan a todas las personas contemporáneas de manera directa o indirecta en el moderno sistema mundial. Las personas deben enfrentar fuerzas generadas por sistemas cada vez más amplios: regionales, nacionales y mundiales» (Kottak 2011: 8).

El estudio de las «adaptaciones contemporáneas» en un mundo cada vez más globalizado es uno de los desafíos fundamentales que la antropología enfrenta, como se mencionó al principio. «Las culturas de las personas en todo el mundo necesitan ser constantemente redescubiertas y se reinventan en circunstancias históricas cambiantes» (Marcus y Fischer 1986: 24, citado en Kottak 2011: 8).

La antropología social y cultural y la sociología comparten un interés común en el estudio de diversas formas de organización social y el comportamiento dentro de ellas. Sin embargo, existen diferencias significativas entre ambas disciplinas que se originaron en sus enfoques iniciales. Mientras que la sociología se centró en las sociedades industriales de Occidente, la antropología inicialmente dirigió su atención hacia las sociedades no industriales, que eran pequeñas y carecían de alfabetización (escritura). Cada disciplina desarrolló sus propios métodos de recopilación de datos, adaptados a la naturaleza de las sociedades que estudiaban.

La sociología empleó estadísticas y técnicas de muestreo para analizar fenómenos en sociedades industriales, mientras que la antropología se apoyó en la etnografía, un proceso de investigación en el cual los antropólogos observan, registran y se involucran estrechamente en la vida cotidiana de otra cultura. Este método, conocido como trabajo de campo, implica la escritura de un relato detallado sobre la cultura estudiada, enfatizando la descripción minuciosa. Un aspecto fundamental de la etnografía es la técnica de la «observación participante», que implica participar activamente en los eventos que se observan, describen y analizan.

A pesar de las diferencias iniciales en enfoque y métodos, en la actualidad, la antropología sociocultural y la sociología han convergido en muchas áreas de estudio y comparten métodos. Conforme el sistema mundial moderno se expande y se vuelve más complejo, los sociólogos exploran países en desarrollo y otros lugares que anteriormente eran territorio exclusivo de la antropología. Del mismo modo, los antropólogos han centrado cada vez más su atención en países industrializados, investigando cuestiones relevantes como la transformación de zonas rurales, la dinámica social en las grandes ciudades y el papel de los avances tecnológicos en la comunicación en los cambios socioculturales.

Notas

[1] Biocultural se refiere a la combinación de enfoques biológicos y culturales para abordar o resolver un tema o problema particular

[2] Conrad Phillip Kottak (A.B. Columbia College, 1963; Ph.D. Columbia University, 1966) posee el rango Julian H. Steward de profesor colegiado en antropología de la Universidad de Michigan, donde ha impartido cátedra desde 1968. Fue director del Departamento de Antropología de 1996 a 2006. El profesor Kottak realizó trabajo de campo etnográfico en Brasil (desde 1962), Madagascar (desde 1966) y en Estados Unidos. Sus intereses generales están en los procesos mediante los cuales las culturas locales incorporan y se resisten a formar parte de sistemas más grandes. Este interés vincula sus primeros trabajos acerca de la ecología y la formación del Estado en África y Madagascar con su investigación más reciente acerca de la globalización, las culturas nacional e internacional, y los medios masivos de comunicación. En proyectos de investigación recientes, Kottak y sus colegas han estudiado el surgimiento de la conciencia ecológica en Brasil, el contexto social de la deforestación y la conservación de la biodiversidad en Madagascar, y la participación popular en la planificación del desarrollo económico en el noreste de Brasil.

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