La danza es tan antigua como la existencia del hombre mismo, si lo ponemos en la perspectiva del hombre, pues podríamos hablar que es mucho más antigua que el hombre cuando vemos como en la naturaleza y sobre todo en la fauna hay manifestaciones de danzas que se ven en la vida animal. Pero centrémonos en la danza con relación al hombre… desde el principio, la danza estuvo ligada a la vida del ser humano… fue incluso una de las primeras manifestaciones de comunicación que encontró el hombre, además de convertirse en la forma de relacionarse con lo que para él era los dioses que le proveían de todo. Así encontramos que las primeras danzas serán aquellas que tienen un componente ritual importante. Esto es lo indican diferentes pinturas rupestres que se han podido rescatar al quedar preservadas como es el caso de las encontradas en las Cuevas de Cogul de Lérida, que constituye un testimonio único. En esta pintura se ven 10 mujeres con unas faldas amplias hasta las rodillas, los pechos desnudos, bailar alrededor de un hombre desnudo, en lo que presumiblemente era una danza fálica, una ceremonia matrimonial o incluso se presume que fuera un rito de iniciación..
Otro testimonio igualmente interesante se encuentra en la Cueva de la Vieja en Alpera (Albacete) donde hay un cazador armado con una lanza bailando en medio de una manada de animales. Asi podemos encontrar otras pinturas rupestres que nos indican que la danza para el hombre primitivo era un medio de integrar las cosas cotidianas de su vida.
En cuanto a las danzas que se mantienen en la tradición cultural de los pueblos encontramos un gran abanico de danzas de representación, que sin dudas constituyen un lenguaje e interpretación del mundo, que caracteriza la religiosidad y el universo mágico de los pueblos primigenios, que va desde los pueblos aborígenes australianos, hasta los grupos de aborígenes sobrevivientes de Latinoamérica.