Historia de la danza I

Desde los Orígines hasta el siglo XX

La danza es parte de la historia de la humanidad desde sus inicios, fue la primera forma de comunicación del ser humano. Las pinturas rupestres encontradas en España y Francia, con una antigüedad de más de 10.000 años, muestran dibujos de figuras danzantes asociadas con ilustraciones rituales y escenas de caza. La trayectoria del movimiento y la danza es un reflejo de cómo una cultura se relaciona con su medio, cómo lo expresa mediante la inteligencia kinestésica, cómo experimenta los ritmos de la comunidad y la existencia.

En el hinduismo, Shiva es el dios creador que hace bailar al mundo a través de los ciclos del nacimiento, la muerte y la reencarnación.

En los primeros tiempos de la iglesia en Europa, el culto incluía la danza.

Los derviches sufíes, con su danza giratoria, representan su viaje místico hacia dios y su cosmogonía en el acto de bailar.

Analizamos algunos momentos de la historia de la danza en occidente desde sus orígenes hasta las tendencias más actuales en la búsqueda de nuevos significados a través de las asignaturas Historia de la Danza I (De las danzas primitivas al siglo XIX) e Historia de la Danza II Análisis de la Evolución Histórica de la danza (Del siglo XIX a la actualidad)

La Danza podría definirse como una serie de movimientos corporales rítmicos que siguen un patrón, acompañados generalmente con música y que sirve como forma de comunicación o expresión. Los seres humanos se expresan a través del movimiento. La danza es la transformación de funciones normales y expresiones comunes en movimientos fuera de lo habitual para propósitos extraordinarios. Incluso una acción tan normal como el caminar se realiza en la danza de una forma establecida, en círculos o en un ritmo concreto y dentro de un contexto especial. La danza puede incluir un vocabulario preestablecido de movimientos, como en el ballet y la danza folclórica, o pueden utilizarse gestos simbólicos. Personas de diversas culturas bailan de forma distinta por razones variadas y los diferentes tipos de danzas revelan mucho sobre su forma de vivir.

LA DANZA EN LA ANTIGÜEDAD

Los bajos relieves, los mosaicos y algunos escritos nos permiten conocer el mundo de la danza en las antiguas civilizaciones egipcia, griega y romana.

En el antiguo Egipto, las danzas ceremoniales fueron instituidas por los faraones. Estas danzas, que culminaban en ceremonias representando la muerte y la reencarnación del dios Osiris, se fueron haciendo cada vez más complejas hasta el punto de que solo podían ser ejecutadas por profesionales altamente cualificados.

En la Grecia antigua, la influencia de la danza egipcia fue propiciada por los filósofos que habían viajado a Egipto para ampliar sus conocimientos. Los rituales de la danza de los dioses y diosas del Panteón han sido reconocidos como los orígenes del teatro contemporáneo occidental. Al principio tenemos noticia de las danzas rituales y extáticas alrededor de la figura de Dionisio, el dios griego del vino.

Estas danzas incluían, eventualmente, música y mitos que eran representados por actores y bailarines entrenados. A finales del siglo V a.C. estas comenzaron a formar parte de la escena social y de la política de la antigua Grecia. Su relación con la tragedia es aceptada universalmente, además de ser objeto de debates y ensayos filosóficos.

Entre los romanos, la danza formó parte de procesiones, festivales y celebraciones. Después de un periodo de ostracismo y hasta la persecución de esta forma artística (150 a.C.), surgió una forma de danza conocida actualmente como pantomima o mímica, en la que la comunicación se establece sin palabras, a través de gestos y movimientos estilizados, que, de alguna manera, son la raíz de la idea misma del teatro-danza. En la época del Imperio Romano se fusionó la danza sagrada con la danza más erótica, este hecho causó una gran tensión.

LA EDAD MEDIA

La actitud de la iglesia cristiana hacia la danza durante toda la Edad Media fue mayoritariamente de rechazo, como en el caso de S. Agustín (354-430), cuya influencia marcó toda la época.

A principios del siglo IX, Carlomagno llegó a prohibir la danza, que sobrevivió como parte de los ritos religiosos de los pueblos europeos, aunque camuflada con nuevos nombres.

Por otro lado, minoritariamente, los antiguos padres de la iglesia intentaron incorporar las danzas propias de las tribus del norte en los cultos cristianos, respondiendo así a una idea de evangelización. Las danzas de celebración estacional y agrícola fueron a menudo incorporadas a las fiestas cristianas, que coincidían con los antiguos ritos estacionales.

Un episodio interesante es el nacimiento de la llamada “danza de la muerte”, en respuesta a la peste negra que asolaba Europa. Según los históricos de la danza, su esencia eran saltos y convulsiones, cuya finalidad era la de expulsar la enfermedad del cuerpo. De alguna manera, una danza terapéutica.

EL RENACIMIENTO Y EL NACIMIENTO DEL BALLET

El Renacimiento supone una nueva actitud hacia todas las artes, también para la danza y el movimiento.Florecieron escuelas y maestros que, gracias al apoyo de una parte de la nobleza sensible a las artes, crearon danzas por las celebraciones y festividades, devolviéndole su rol social.

Los poetas franceses que integraban el grupo de la pléyade, en su esfuerzo por revitalizar el teatro clásico de los griegos, revaluaron la danza, la cual empezó a ser objeto de estudio. Beaujoyeulx fue el primero a utilizar la palabra balletSe podría definir como un movimiento mucho más estilizado, grupal o individual, donde se relata una historia en movimiento. Esta puede ser un mito, un cuento popular o una narración épica.

En 1581, dirigió el primer ballet por la nobleza (Ballet Comique de la Reine) y en 1661 nació en París la primera academia de danza al servicio de la corte real. En los siglos siguientes, el ballet se convirtió en una disciplina artística reglada, adaptándose a los cambios políticos y estéticos de cada época.

LA DANZA MODERNA

El siglo XIX es la era del ballet y de la música romántica. El culto de la personalidad, el sentimiento trágico de enfrontarse al destino por un ideal, por ejemplo, el amor o la política, permea la danza de la época. Obras como Giselle o El Cascanueces, testimonian está sensibilidad.

El Gran pas a quatre, que reunía a las cuatro estrellas del ballet de la época en París, marca una pauta histórica. Es el primer ballet sin argumento, la coreografía solo servía a la danza.

Otro elemento que trasforma este arte es la irrupción de danzas llegadas del continente africano y del área del caribe al final de la I Guerra Mundial.

LA DANZA EN EL SIGLO XX

Después de la I Guerra Mundial, las artes en general hacen un serio cuestionamiento de valores y buscan nuevas formas para reflejar la expresión individual y un camino de la vida más dinámico.

En Rusia surge un renacimiento del ballet propiciado por los más brillantes coreógrafos, compositores, artistas visuales y diseñadores. En esta empresa colaboraron personajes como: Anna Pavlova, Claude Debussy o Stravinsky.

Mientras se cuestionaba el lenguaje del ballet, aún más profunda sería la revolución propuesta por la danza modernaque reclamaba más libertad de expresión. Una de las pioneras de este movimiento es Isadora Duncan(2005).

Desde los años veinte, mientras las vanguardias quebraban y reinventaban todas las reglas del arte contemporáneo, también se reinventaba la danza gracias a la progresiva liberación de la relación de los cuerpos y de los movimientosEl mestizaje y el encuentro con danzas y músicas de influencias latinas, africanas y caribeñas inspiraron la proliferación de las salas de baile y de las danzas como la rumba, la samba, el tango o el chachachá.

A partir de la década de los cincuenta, hubo una verdadera revolución estilística con el rock and roll, el twist y el freestyle; posteriormente, con el disco dancing, el breakdance y la música tecnológica de hoy en día que tanto influyen en la danza contemporánea.

CONTENIDOS

Bibliografía

Acercamiento a la historia del desarrollo del legado coreográfico de esta gran creador, el más influyente nombre del ballet danés en el mundo, que cambió el curso del desarrollo del Romanticismo del siglo XVII. Después de un breve recorrido por la historia de la danza, y el contexto histórico y artístico en el que el creador desarrolla su obra, el autor se adentra en el Universo creativo de August Bournonville, para hacernos más cercana la historia, y poder comprender su visión en la actualidad. La pregunta principal que se plantea es ¿Cómo hoy los ballet de Bournonville, son aún interpretados y cercanos en su discurso? La actualidad de los ballets del danés queda al descubierto como unión de tradición y modernidad, y esta es la fuente principal de su preservación histórica. Finalmente el autor, se adentra en el análisis de obras que son icónicas dentro del repertorio del gran coreógrafo danés, para traernos de manera sencilla los detalles que rodean estas obras coreográficas, lo que hace que este libro tenga una sencilla lectura, ideal tanto para estudiantes como investigadores del mundo de la danza, así como para todo aquel que este interesado en el desarrollo del arte escénico en general.

Augusto Bournonville, uno de los artífices del resurgir de la danza durante el Romanticismo, dejó un legado cuyo estudio es fundamentalpara entender la técnica del ballet. Heredero de la danza argumental de Noverre y Angiolini, y precursor del esplendor del clasicismo de Petipa, fue además un maestro brillante que supo revolucionar la formación del bailarín a lo largo de sus casi cincuenta años de trabajo en el Real Ballet de Dinamarca. 

El estilo Bournonville, como se conoce en la actualidad, es un compendio de estética, técnica y metodología que permite que las coreografías del creador danés se puedan seguir interpretando hoy con la misma pureza y rigor que en el siglo XIX. Gracias al recorrido histórico y a las claras explicaciones técnicas que este libro ofrece, acompañadas de las fotografías de los bailarines Tamara Rojo y Sergio García, el lector encontrará aquí el instrumento indispensable para apreciar y disfrutar no sólo la obra coreográfica de Bournonville, sino también la riqueza, exigencia y brillantez del ballet clásico en todo su esplendor.

Análisis de la historia de la Danza de la mano de uno de los críticos especialistas de la Danza, Arnold Haskell, quien no solo se adentra en una valoración histórica sino técnica del surgimiento de la danza espectacular.

El arte refleja y da vida a nuestroas visiones y suelos. El Ballet nace con el Renamicimiento cultural de las Artes, eun una época de ansia por la belleza, por lo sublime y evolucionado, por la expresión de poder y capacidad humana. 

Los Ballets de Cour, forma primitiva del Balle como lo conocemos hoy, reflejaron todo ese explendor y exhuberancia, con un derroche de imaginación y riqueza inigualables, al mismo tiempo que testimoniaron históricamente las preguntas y respuestas que el ser humano de hace a sí mismo en cada momento.

Recorrido por la Historia de la Danza realizado por la investigadora de la danza, Artemis Markessinis, quien se adentra en la historia de la danza, desde la comunidad primitiva recorriendo las diferentes civilizaciones y épocas históricas.

escritas por Jean Georges Noverre, ofrecen la oportunidad de introducirse en un fragmento de la historia, y en particular de la historia de la danza, a través de las experiencias de uno de sus hacedores. De la mano del maestro de baile, avanza el lector por el mundo de la danza del siglo XVIII con una viveza que parecería propia de sus ballets, tal como puede deducirse de sus propios escritos, sintiéndose uno a veces pudoroso al hallarse en medio de las pugnas de personajes reales de la época. 

Noverre, amparado en su estilo epistolar, lanza al interlocutor, que parece estar deseoso de sus repuestas y reflexiones, todo aquello que rehuyen escuchar sus coetáneos del mundo de la danza, situados en el París del siglo XVIII, defendiendo las tradiciones, y quizá su puesto de trabajo. Es éste un momento en que los franceses se consideran los mejores bailarines del mundo siguiendo unos cánones arquetípicos, y a la par carentes de expresión, según la opinión del suizo Noverre, coreógrafo y maestro de baile, que se califica a sí mismo de innovador y como tal, pretende revolucionar la escena de la danza. Quiere convertirla en un medio de expresión, y para ello la eleva a la categoría de arte imitativo de la naturaleza, y le confiere una identidad como arte interpretativo mediante el cual los bailarines, despojados de sus máscaras trasnochadas, y empleando gestos, figuras danzadas, y los propios pasos de danza, expresarán sentimientos y emociones. 

Noverre sigue innovando, cuando racionaliza sobre la necesaria utilización de una buena técnica de ballet como paso previo para la expresión artística, cuando reclama bailarines pensantes, cuya cabeza guíe sus pies evitando la repetición mecánica, cuando considera que el buen coreógrafo debe permitir un cierto grado de libertad en la interpretación que el bailarín hace de las coreografías, cuando se plantea con cierta angustia, el carácter efímero de la danza, o al recorrer terrenos anatómicos y fisiológicos con una claridad sorprendente, y al dialogar sobre aspectos paralelos a los montajes de danza, que deben en su opinión, ser conocidos por el maestro de ballet como geometría, música, dibujo, escenografía, vestuario, tramoya… Pero sus teorías se avivan a lo largo de las quince cartas, porque se ven apoyadas por ejemplificaciones sacadas de sus propios ballets, así como por las querellas particulares con coetáneos, muchos de ellos hoy día olvidados. 

Mientras era respetado en Europa, en París sus colegas de la danza le condenaron al ostracismo, aunque simultáneamente y de forma no reconocida le imitaban. Pero no sería justo elevar acusaciones, porque como el propio Noverre se plantea, quizá siempre vaya a ser perseguido el genio creador. 

Las ‘Cartas sobre la danza y los ballets’, transcurridos más de dos siglos desde su redacción y primera publicación, siguen conservando su actualidad, su tono rebelde y rupturista. Racionales y vivaces, arrastran al lector, al que Noverre sabe convertir en su interlocutor, y generan dudas sobre las actuales formas de la danza, estimulando una vez más a la creación. Realmente, ¿sabemos con certeza si la danza debe ser un arte compuesto de gestos ortodoxos y abstractos, o si es la expresión lo que debe dominar en la gestualidad corporal?.

Estas quince cartas van precedidas de una introducción histórica, que aun siendo anticuada en el estilo, sitúa al personaje Noverre en el escenario, dispuesto a demostrarnos por qué su ‘ballet de acción’ recoge la esencia de la danza, del Ballet mayúscula, tal como él lo sentía. «. (del prólogo de Mª Concepción Pozo Munido)…

Esta publicación rescata la figura de Sergéi Diaghilev (Novgorod, 1872- Venecia, 1929) a través de su compañía de danza, los Ballets Rusos, sin la cual no se podría entender el devenir de la danza en el siglo XX. Entre sus páginas se recorren los escenarios y eventos más célebres que protagonizó la compañía en sus 20 años de existencia. Haciendo hincapié en sus músicas, vestuarios, escenarios y coreografías ideados por los mejores artistas de la vanguardia del momento. Matisse,Picasso, Braque, Derain, Goncharova, Laurencien o Chanel participaron en el diseño de vestuarios y escenografías, músicos renovadores como Ravel, Satie, Falla, Stravinski, Prokófiev, Rimski-Kórsakov, bailarines como Fokine, Nijisnky, Paulova, Karsavina o Massine y escritores como Jean Cocteau trabajaron conjuntamente en este empeño, animados por Diaghilev.

El éxito de los Ballets Rusos, que nacieron en París en 1909 de una selección de los mejores bailarines del Ballet Imperial del Teatro Mariinski de San Petesburgo, se caracterizó en la apuesta por la renovación del lenguaje visual, tanto en la coreografía como en la escenografía, y del lenguaje musical.