Jean Dauberval

Jean Dauberval: Un Pionero del Ballet Francés

Jean Dauberval, nacido Jean Bercher en Montpellier en 1742, fue un artista que dejó una huella indeleble en el mundo del ballet. Su impacto se sintió no solo en su natal Francia, sino en todo el mundo occidental, y sus contribuciones son recordadas hasta el día de hoy.

Desde su formación en la escuela de la Ópera de París, donde tuvo la oportunidad de aprender de Jean-Georges Noverre, uno de los maestros más renombrados de su tiempo, Dauberval comenzó a destacarse en el mundo del ballet. Su ascenso fue meteórico: en 1763, con apenas 21 años, fue nombrado primer bailarín del ballet de la Académie Royale de Musique. Años después, en 1771, escaló aún más al ser nombrado maestro de ballet. Su talento era innegable y su habilidad para enseñar hizo que fuera buscado para ocupar cargos en diversos teatros y compañías de ballet.

No obstante, su talento no se limitó al escenario parisino. Entre 1781 y 1784, el King’s Theatre de Londres lo contrató, lo que muestra el reconocimiento internacional que ya había ganado.

En 1783, Dauberval tomó una decisión trascendental al mudarse a Burdeos y aceptar el puesto de maestro de ballet en el Gran Teatro de Burdeos. Fue aquí, en 1789, donde creó la joya de su carrera: el ballet «La fille mal gardée». Esta obra se ha mantenido como una de las más populares y ejecutadas en la historia del ballet. Su esposa, Marie-Madeleine Crespé, también conocida como Madame Théodore, tuvo el honor de interpretar el papel principal, Lison, que con el tiempo pasaría a ser conocido como «Lise».

Bajo la tutela de Dauberval, dos figuras icónicas del ballet encontraron inspiración: Charles Didelot, conocido como el «padre del ballet ruso», y Salvatore Vigano, quien llevó la danza-drama a Italia. Ambos artistas representan la amplia influencia de Dauberval, extendiéndose desde Rusia hasta Italia.

Aunque Dauberval fue conocido por su habilidad técnica y pedagógica, su verdadero legado radica en su capacidad para combinar la acción dramática con la danza. Esta habilidad para contar historias a través del movimiento y la coreografía fue revolucionaria, y estableció un estándar para las futuras generaciones de bailarines y coreógrafos.

Jean Dauberval es una figura monumental en la historia del ballet. Su pasión, habilidad y visión innovadora lo han posicionado como uno de los pioneros más influenciales del ballet francés. Su legado continúa inspirando a bailarines y coreógrafos alrededor del mundo, demostrando que el arte, cuando es genuino y apasionado, trasciende el tiempo y las fronteras.